D I A R Y S E R I E S
Después de despertarme a las cinco de la mañana, de hacer mi meditación diaria y desayunar ese plato de avena con fruta y miel, que tanto me fascina, hacer ejercicio y tomar un baño, es que empieza mi ritual de todos los días.
Un espacio donde me conecto conmigo misma, donde solo estamos mi yo exterior, con mi yo interior. Pongo música (Que por cierto, siempre pongo la misma lista en Spotify que les puedo compartir) mientras me lavo la cara. Después me aplico mi tónico facial, natural, al que le conozco todos los ingredientes, el que me prepara la piel para aplicarme mi serum favorito. Yo sé que todos no tienen la misma piel, por eso es muy importante que siempre pidan una asesoría, sobre lo que su piel necesita y los ingredientes que son mejores para ustedes, con un profesional. Bueno, me desvié... sigamos con la rutina. Mientras me aplico mi serum empiezo a planear y visualizar mi día..
“Con la yema de los dedos y hacía arriba” diría mi mamá, que fue la que me enseñó a cuidarme la piel desde que tengo memoria.
El serum que uso todos los días me relaja, me deja la piel fresca... hmm quisiera que se lo imaginarán. ¡Ya sé! Piensen en una tarde muy muy caliente y que se toman una soda refrescante de hierbabuena con unas goticas de limón y ¡tarán! quedan como nuevas, bueno, así tal cual se siente mi piel todas las mañanas.
Ya estoy casi lista, aunque tengo que confesarles que en estos días que tengo más tiempo, como hoy que estoy hablando con ustedes, me gusta utilizar mi roller,
“En el cuello hacía arriba, en los pómulos hacia arriba, y en las ojeras hacia afuera”.
-Si mami, yo siempre me acuerdo de tu voz cuando hago todas mis rutinas -
Ahh y ¿quieren que les dé un tip? Metan el roller a la nevera y se lo pasan frío por toda la cara, uff... me lo van a agradecer.
Por último, el ¡antisolar! Que no se les olvide jamás. Tenemos que cuidarnos del sol, de la luz de las pantallas, de las toxinas, de todo lo que pasa a nuestro alrededor que no nos damos cuenta, pero ¿adivinen qué? la piel sí se da cuenta.
Después del antisolar me maquillo, me visto para ir a trabajar (no sé si les había dicho que disfruto muchísimo escoger qué me voy poner aunque, les confieso, casi siempre termino poniéndome unos tennis blancos, mis favoritos). Otra cosa que les puedo contar es que me fascina trabajar, realmente, tengo una empresa propia con la que espero alcanzar todos mis sueños, crecer y poder generar empleo, y llegar a otros países ¿Me imaginan en Francia, en Alemania, y por todo América ? yo sí, hablando de mí, de mis productos, enseñando a las personas, de todas las edades y de todos los tipos de piel, sobre cómo cuidarse y qué productos son mejores para cada uno de ellos. Porque eso soy, una marca de cuidado de la piel. La verdad… me gusta que me reconozcan como la de los ingredientes naturales o de mejor calidad, que sabe y conoce cada uno de los elementos que tiene una crema, un serum, una mascarilla. Soy a la que no se le escapa un detalle, si de cuidado de la piel hablamos. La que piensa en todo, la que tiene una obsesión por cuidarse la piel y por cuidarte a ti la piel de una manera honesta. Y bueno, como me gusta planear todo y ser organizada con todo (aunque antes no era así, esto fue algo que aprendí en el camino). Emprender me ha enseñado demasiado, no me imaginaba que en dos años iba a estar donde estoy hoy. Pero como ya tengo todo tan claro y una visión del futuro que me espera, ya sé que decirle a la primera persona que me pregunte en mi gira por el mundo que quién soy. Le voy a decir: ¿Has visto una mina de oro en persona? Me presento, mucho gusto, Dannell.